Edomex, el imperio del feminicidio: donde es posible asesinar a una mujer y seguir la vida #Video
Raúl Linares
Lenin Vázquez habla golpeado, como si cada palabra, fuese también un último suspiro. Una y otra vez su voz se quiebra, hay impotencia en las oraciones y los adjetivos que se agolpan entre labios, casi como navajas. Sus ojos cafés, que por instantes se cristalizan, miran a las calles del municipio de Chalco, en el Estado de México, con indignación y pesar. Ya no puede verlas de la misma forma que cuando fue niño, hace 27 años.
En febrero pasado, su hermana Xóchitl, una joven de apenas 18 años fue asesinada brutalmente cuando se encontraba al interior de su casa, en su recámara, en su cama. Hasta el momento las autoridades locales niegan “encontrar” a culpable alguno, aunque las sospechas recaen en su expareja. Una vez más, quienes han realizado las diligencias han sido los propios familiares y no las autoridades.
Xóchitl es una de las 12 mujeres muertas en lo que va de un año, sólo en Chalco, según un recuento realizado por activistas y vecinos de la zona. Una más dentro de una estadística de plomo, impunidad y sangre, en la que los crímenes a menudo suelen estar relacionados con motivos de odio al género; con una marca de “debilidad” que se ejecuta con saña y furia; donde una ley oculta pena con muerte el simple hecho de ser mujer.
Las notas periodísticas que aparecieron ese día, dan cuenta de que Xóchitl “tenía un tiro en la cabeza y fue encontrada amordazada, vendada y amarrada de las manos; posiblemente el motivo de su brutal muerte era el secuestro o el robo de su auto BMW”. Sin embargo, el simple móvil del robo es descartado por su hermano. Y es que aquí, desde hace algunos años, a plena luz del día, por la noche o en las tardes, donde se mata a las mujeres sin más, por cualquier motivo.
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