Madres migrantes apoyan a sus hijos a concluir sus estudios
Por: Nelson Rodríguez, corresponsal
Ante la migración de sus madres, las y los jóvenes –que quedan bajo el cuidado de sus tías o abuelas– continúan con sus estudios y mantienen sus expectativas de salir adelante gracias al apoyo y atención que sus progenitoras les brindan desde Costa Rica, España o Estados Unidos.
Así lo asienta el estudio “Desempeño escolar de adolescentes con padres y madres migrantes internacionales del departamento de Chinandenga”, realizado por las investigadoras Maritza Olivares, Hloreley Osorio, Cándida Gómez y el investigador Gabriel Rivera de la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua.
De la consulta que se realizó con 319 adolescentes de cuatro escuelas en las ciudades de Chinandenga y Somotillo, en el departamento de Chinandenga, se encontró que la migración de sus madres y padres al exterior no ha significado un efecto negativo en sus estudios. La mayoría dijo que su rendimiento era igual a cuando estaban acompañados de sus progenitores.
Chinandega está a dos horas al occidente de Managua y en los últimos años se ha convertido en uno de los departamentos que más población migrante expulsa al extranjero, especialmente mujeres, según estimaciones de organizaciones defensoras.
La socióloga Maritza Olivares explicó que las y los hijos de migrantes tienen muchas expectativas de continuar con sus estudios, y aunque la mitad ha pensado en seguir a sus padres y madres en el extranjero dijeron que lo harían para seguir estudiando.
En la investigación aparece el testimonio de uno de los mejores alumnos del Instituto Fe y Alegría, del municipio de Somotillo, que narró que hace unos 10 años su mamá tuvo que salir a Costa Rica para buscar trabajo y mejores condiciones, y al quedarse con su abuela materna se siente comprometido a seguir adelante en sus estudios.
Olivares detalló que cuando la persona que emigra es la madre hay más apoyo a las y los hijos en el pago de la escuela, la manutención y el seguimiento al comportamiento en la escuela y la casa.
De acuerdo con la especialista, esta conducta se debe a que en Nicaragua tradicionalmente el rol de cuidado está socialmente asignado a la mujeres, y prueba de esto es que en su mayoría estos jóvenes han quedado bajo resguardo de sus abuelas y tías, incluso cuando la mamá es la migrante y el papá de las y los adolescentes se queda en Nicaragua.
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