“El día del trabajo no es una celebración, es de lucha obrera”: Anarquistas
Raúl Linares
La tarde de ayer, al menos tres centenares de anarquistas acompañaron la última movilización con motivo del 1 de mayo. Ataviados de negro, con los rostros encapuchados y chamarras negras con estoperoles, los jóvenes, algunos que ni siquiera rebasaban la mayoría de edad, se unieron al contingente convocado por el Partido de los Comunistas y de ahí partieron desde el monumento a la Revolución con destino al Zócalo de la Ciudad de México.
A las tres y media de la tarde, el grupo de jóvenes cantó una vez más viejas consignas del anarcosindicalismo español, estrofas en apoyo a los presos políticos (incluidas, algunos en apoyo a Mario González, detenido el pasado 2 de octubre) y algunas, más en favor del anarquismo internacional.
A diferencia de otras ocasiones en donde elementos de la Secretaria de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) suelen “encapsularlos”, hostigarlos o amedrentarlos desde el primer punto de reunión, en esta oportunidad, sólo hicieron presencia policías investigadores de la Procuraduría General de Justicia, vestidos de civil e identificados con la leyenda de la corporación quienes los siguieron en todo su recorrido.
Separados por una distancia de aproximadamente 100 metros de los Comunistas, los anarquistas, la mayoría identificados con el punk y con los parches de bandas de ideología “ácrata” como Crass, Los Muertos de Cristo, Sin Dios, Assäuk, entre otros, desfilaron con banderas negras y diversos símbolos que los hicieron identificarse entre ellos.
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