En repudio a cacicazgo, tiran obras de imagen urbana
Por Leticia Ánimas Várgas
Puebla. En repudio al cacicazgo de casi 36 años que ejerció en Ahuazotepec Benjamín Silva Cuevas pobladores de la cabecera municipal armados con mazos y martillos demolieron las jardineras colocadas en varias calles del centro del poblado durante la última obra de remodelación realizada por el ex alcalde.
Los hechos ocurrieron el fin de semana pasado cuando un grupo de vecinos de Ahuazotepec, ubicado en la sierra norte de Puebla, exigieron que se removieran los tiestos colocados en las calles Hidalgo, Cuauhtémoc y Morelos por considerar que obstaculizaban el paso de transeúntes y vehículos y violaban el derecho al libre tránsito consagrado por el artículo 11 de la Constitución de la república, indicó el regidor de Turismo, Rafael Remos Padilla.
En la obra, realizada durante la más reciente administración de Silva Cuevas, que concluyó en febrero pasado, se invirtieron cerca de 5 millones de pesos y su colocación fue justificada como “una medida preventiva de seguridad” ya que las calles circundan el jardín municipal y el templo católico de la población.
“Desde que andábamos en campaña –aseguró el concejal-, recibimos más de mil solicitudes de que esas calles se abrieran al tránsito porque son importantes para nuestras tradiciones y recorridos. En el centro nos reunimos en familia y desde que las cerraron no podíamos celebrar nuestras festividades, como la feria, ya que ahí se instalan los juegos y los puestos de artesanías y tampoco se podían realizar las procesiones”, agregó.
Las jardineras colocadas además de obstaculizar el tránsito de vehículos y personas, provocaron accidentes a varias personas que cayeron y se lesionaron, “por eso pidieron que se removieran y el fin de semana pasado se organizaron y ellos mismos lo destruyeron, manifestando que también era una protesta contra el anterior presidente municipal”, señaló Remos Padilla.
Así que al ayuntamiento que preside el petista Eric Alvarado Bednar, añadió, no le quedó de otra que acatar lo que le pidió la ciudadanía. “Aquí manda el pueblo, no los caciques. Los caciques ya quedaron atrás y la gente pidió que sus derechos y su voz fuera respetada”.
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