Empresas reclutadoras de migrantes sin supervisión del gobierno
Anaiz Zamora Márquez
La falta de regulación de las agencias reclutadoras y de contratación de migrantes para empleos temporales en Estados Unidos (EU) por parte del gobierno mexicano, propicia la violación a los derechos humanos y laborales de las trabajadoras mexicanas migrantes.
En conferencia de prensa, integrantes de la Coalición de Trabajadoras y Trabajadores Temporales Sinaloenses y del Proyecto de Derechos Económicos Sociales y Culturales (ProDESC), denunciaron la serie de violaciones a Derechos Humanos y agresiones que cometen estas agencias ante la inacción del gobierno mexicano que no las regula ni supervisa.
Explicaron que el gobierno de EU permite que personas extranjeras se establezcan de manera temporal en su territorio, mediante los programas de visas de trabajo H-2A (para emplearse en el sector agrícola, siembra y cosecha de plantíos) y H-2B (para emplearse en la construcción, trabajo del hogar y servicio de limpieza).
Sin embargo la forma en que son reclutadas para otorgarles este tipo de visas representa un problema para las trabajadoras temporales quienes de manera recurrente se convierten en víctimas de fraude, extorsión, amenazas, discriminación, trata de personas, acoso y hostigamiento sexual por parte de algunas de estas agencias, sobre todo si no son legales.
A ello se suma que en el caso de que las contraten (empresas legales o no), los empleadores no les garantizan sus derechos laborales, no les ofrecen las garantías mínimas de vivienda adecuada y salubre, les pagan salarios mínimos y las obligan a jornadas extensas; lo que se da ante la omisión del gobierno mexicano, toda vez que no hay un seguimiento a estas visas y a quienes migran de esta manera.
En esta situación se encuentra Olivia Guzmán, originaria del municipio sinaloense de Topolobampo, quien por 17 años -debido a la carencia de fuentes de empleo y recursos económicos que le permitan sostener a su familia– se ha visto obligada a emplearse temporalmente en este esquema.
En entrevista, la ahora activista y fundadora de la Coalición, relató que ella, al igual que la mayoría de las mujeres que se trasladan a EU, se emplea en la industria marisquera y en fábricas de chocolate que ofertan trabajo a migrantes.
Cada año permanecía entre seis y ocho meses viviendo en Estados Unidos, en tráileres “acondicionados” como viviendas para las migrantes, los cuales son destinados por las empresas estadounidenses.
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