Buscando a Judith Coatl; su familia asegura que es un secuestro
Por Mely Arellano
Eran las 11 de la noche del jueves 20 de marzo en Tlaxcalancingo, Puebla. Judith Coatl Cuaya ya estaba en piyama cuando recibió una llamada. Era Gerardo Juárez Sánchez invitándole un café que ella aceptó. Minutos después él llegó a bordo de su camioneta color vino y tocó el claxon. Judith le dijo a su mamá que sólo irían por un café “acá en el pueblo”, y agregó “me lleva Gerardo y me regresa Gerardo”. Pero Judith no regresó.
Felipa Cuaya Osorio, madre de Judith, asegura que Gerardo la pretendía desde hace tiempo, pero la joven, entre el trabajo y la escuela, no tenía tiempo para novio.
Judith acaba de graduarse como psicóloga. “Es mi orgullo -presume doña Felipa-, porque ella se pagó sus estudios, nunca le di ni 50 pesos, me dijo: mamá es justo que usted cuidó de mí estando pequeña, ahora no le voy a dar un peso de mi trabajo pero pagaré mi estudio, y así lo hizo”.
El viernes 21 de marzo, Felipa y su esposo Alberto Coatl presentaron una denuncia ante el Ministerio Público por secuestro. A la señora no le queda la menor duda de que a su hija la retiene Gerardo, “porque yo lo vi cuando vino por ella, lo vi por la ventana, y otra vecina lo vio también”.
La familia de Judith ha tratado de localizar a Gerardo, pero sin éxito: no contesta el teléfono ni está en su casa. El papá del muchacho asegura que no lo ha visto, ni sabe dónde está, incluso le dijo a Felipa “haga lo que quiera con mi hijo”; su hermano reconoció frente a la señora que Gerardo salió esa noche en su camioneta.
“Estoy muy molesta, quiero pegarle, o no sé, de coraje. Lo que quiero es que me regrese a mi hija. Y quiero que le castigue (a Gerardo) como se merece”, pide Felipa.
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