Un grupo de 15 migrantes se desesperó y decidió caminar. Más tarde llegaron 3 de ellos. “Regresaron asustados, corriendo, que los habían secuestrado a los otros (…) Un compañero que está con nosotros, fue un primo que se fue y es uno de los secuestrados. Él le estuvo llamando y no contesta ni nada, o sea, no se sabe el paradero de él. Pudimos avanzar gracias a Dios, a la prensa y a todas las personas que nos apoyaron”, denunció Kervin y lo confirmaron otros de sus compañeros, quienes pidieron omitir sus nombres por seguridad.
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