
La mala educación vial
No hay lugar del país en donde se maneje tan mal como en mi querido Chiapas. Por donde nos desplacemos —carreteras, caminos rurales, calles maltrechas o bulevares bien pavimentados—, usamos nuestros coches para ofender al otro. Para recriminarlo, para mentarle la madre con la boca, los dedos o el claxon.