
PRI y PVEM evitan el divorcio en Chiapas; van por candidatura en común
Después de amenazas de separación y divorcio, el PVEM y el PRI planean mantener la alianza para la gubernatura de Chiapas en el 2018.
Después de amenazas de separación y divorcio, el PVEM y el PRI planean mantener la alianza para la gubernatura de Chiapas en el 2018.
Los políticos que buscan la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez parecen consolidarse cada vez más en los partidos que los propondrán. Carlos Penagos en el Verde, Mover a Chiapas y Chiapas Unido; Carlos Morales Vázquez, en Morena y en el PRD; Gloria Luna, en el PAN; Bayardo Robles Riqué, en el PRI, y Francisco Rojas Toledo en una organización independiente, al ver cerradas las puertas del PAN.
No hay lugar del país en donde se maneje tan mal como en mi querido Chiapas. Por donde nos desplacemos —carreteras, caminos rurales, calles maltrechas o bulevares bien pavimentados—, usamos nuestros coches para ofender al otro. Para recriminarlo, para mentarle la madre con la boca, los dedos o el claxon.
Aquel hombre de caminar y hablar torpe en que se convirtió Rodrigo Núñez de León a los sesenta años, a raíz de tres derrames cerebrales, no permitía recordar al joven vital, culto, creativo, desenvuelto y rebelde que fue en los años setenta.
Carlos Morales Vázquez, dos veces candidato a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez, renunciará a la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural, en espera de contender por tercera vez a la alcaldía capitalina, pero en esta ocasión por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Los irreconciliables Roberto Albores Gleason y Eduardo Ramírez Aguilar marcaron el jueves pasado el camino que desean seguir hacia la gubernatura por Chiapas para el 2018.
José Antonio Aguilar Bodegas desea contender a gobernador por el partido que sea. Y es un candidato de cuidado: conoce Chiapas, tiene amigos y seguidores en todos los municipios y es el único, fuera del Verde y del PRI, capaz de construir una estructura competitiva para las elecciones de 2018.
El espionaje sistemático a periodistas y activistas sociales del que ahora se acusa con sustento a Enrique Peña Nieto, tiene sus paralelismos con el gobierno de Juan Sabines Guerrero, cuando controló el feudo chiapaneco con campañas de difamación, vigilancia y amedrentamiento a sus críticos.
Algún día, algún presidente municipal, algún gobernador que busque realmente solucionar el problema de las inundaciones y del transporte público en Tuxtla Gutiérrez, deberá ensayar proyectos novedosos.