Iniciada apenas la campaña al gobierno del estado, Rutilio Escandón Cadenas se siente ganador absoluto. No quiere que nada lo perturbe. Se pasa las horas contemplando encuestas, soñando en lo que será su administración, en la modorra absoluta.
Si los debates presidenciales no determinan una elección, mucho menos lo harán los debates a la gubernatura local, donde el interés es más reducido y la cobertura mediática, más limitada.
Un raro silencio recorre a los partidos políticos en Chiapas, a excepción del Partido del Trabajo, ante la entrega incompleta de financiamiento público, lo que podría ocasionar la nulidad de las elecciones locales de este año.
En su más reciente medición, Massive Caller otorga a Rutilio Escandón Cadenas una intención de voto del 35.80 por ciento; a José Antonio Aguilar Bodegas, 21.90 por ciento, y a Roberto Albores Gleason, 13 por ciento, quien aparece casi empatado con el independiente Jesús Alejo Orantes Ruiz.
Carlos Morales Vázquez, por el PT, Morena y PES; Francisco Rojas Toledo, por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, y Carlos Penagos, por el PRI, PVEM y Panal, se disputarán la presidencia de Tuxtla Gutiérrez en las próximas elecciones municipales.
Andrés Manuel López Obrador, que está en el plan de aprovechar a todos los personajes locales, fichó a Sasil de León Villard y a Eduardo Ramírez Aguilar, para contender cada uno por un escaño al Senado de la República por Morena.
José Antonio Aguilar Bodegas es un político que los norteamericanos clasificarían como un insider. Es decir, alguien quien desde el interior del sistema irrumpe y cuestiona al establishment. Por tal razón, su candidatura es incómoda para muchos actores políticos, entre otros para el gobernador Manuel Velasco Coello, para Roberto Albores Gleason y para Rutilio Escandón Cadenas.
Si Andrés Manuel López Obrador pierde la próxima elección presidencial, y si ganan sus candidatos en Chiapas, empezando por Rutilio Escandón Cadenas, tendremos que vérnoslas con unos tigres verdaderos que quedarán sin control alguno y con las fauces dispuestas a sangrar al erario.
Desde su paso por la subsecretaría de Innovación Tecnológica, en donde fue acusado de espionaje, hasta su inexplicable aterrizaje como rector de la Universidad Politécnica de Chiapas (UPC), Navor Francisco Ballinas Morales ha estado rodeado de una nube oscura de escándalo, corrupción y malos manejos administrativos y académicos.