Sobrevivientes del covid
Encerrarse durante la pandemia ha sido privilegio de pocos. Y ese sector, en este Chiapas de desigualdades, ha comenzado a salir a la calle. No tenía muchas opciones: el encierro también enferma y desgasta.
Encerrarse durante la pandemia ha sido privilegio de pocos. Y ese sector, en este Chiapas de desigualdades, ha comenzado a salir a la calle. No tenía muchas opciones: el encierro también enferma y desgasta.
A inicios de la cuarentena visité a don Isaías Serrano Pérez (23 de septiembre de 1940) en su casa de El Jobo, en donde me había recibido anteriormente para recordar a su tío, el poeta Santiago Serrano Ruiz.
La detención del médico Gerardo Vicente Grajales Yuca ha sido el acontecimiento que más ha dañado la imagen del gobierno del estado de Chiapas. La noticia ocupó al principio las redes sociales, pero después escaló a los medios nacionales e internacionales.
En esta cuarentena he explorado la ciudad y los pueblos cercanos desde mi coche. Casi a diario he salido a ver el desplazamiento de las personas por distintos rumbos y barrios.
En su visita a Chiapas, Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud en México, criticó el alto consumo de refrescos embotellados y de alimentos chatarra. “¿Para qué necesitamos el veneno embotellado, el de los refrescos? ¿Para qué necesitamos donas, pastelitos, papitas que traen alimentación tóxica y contaminación ambiental?”, se preguntó.
El covid nos acerca más a la fragilidad de la vida. Amigos y parientes nos dejan un adiós callado. Se van con discreción, los enterramos con rapidez y los lloramos con cobardía a escondidas.
Después de tres meses de conferencias diarias sobre la contingencia provocada por el coronavirus, el secretario de Salud en Chiapas, José Manuel Cruz Castellanos decidió apagar los micrófonos y dedicarse al “barrido” de colonias y pueblos en la entidad para “encontrar” contagiados de la enfermedad.
El viernes pasado, en una cargada sesión del Congreso del Estado en donde se discutieron 13 puntos contemplados en el orden del día, se aprobó algo que amenaza a nuestra naciente democracia: la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Chiapas, un mamotreto de más de 400 páginas que busca someter al Instituto Estatal de Participación Ciudadana (IEPC).
A inicios de octubre de 1918, una extraña gripa, que provocaba fiebre de más de 39 grados, pulsaciones rápidas, dolor abdominal intenso y pulmones destrozados, empezó a contagiar habitantes de la Costa de Chiapas y del Soconusco.