Nombrar las violencias, ya no alcanza
No dudo en que necesitamos realizar un trabajo más profundo en la capacitación y sensibilización para nombrar y visibilizar las violencias.
No dudo en que necesitamos realizar un trabajo más profundo en la capacitación y sensibilización para nombrar y visibilizar las violencias.
En la memoria colectiva de algunas personas de la región, tanto la marimba Perla de Chiapas y la Corona de Tapachula amenizaron grandes bailes, tanto en las fincas cafetaleras, como en salones de baile famosos de la ciudad como el Coutrey Club, el Club de Leones.
Valdría la pena rastrear no sólo cuánto corresponde del gasto a aquellos municipios con los mayores índices de pobreza y marginación (que es el origen de este recurso) sino en lo fundamental, cómo se hace efectivo el gasto, quiénes deciden el rumbo del recurso; cómo se distribuye (qué tipo de proyectos) y qué ejercicios se planean para transparentar y hacer evidente la aplicación.
Existe la oportunidad para que los demócratas canalicen el rechazo a los candidatos de Trump en un sentido menos cauteloso y más progresista, hacia el fortalecimiento de alternativas que buscan la legalización de la población indocumentada.
En el “Foro Internacional Construcción de paz en México. Desafíos y claves en el contexto”, el tema del crimen organizado ocupó un lugar central. Ahí se compartieron distintas experiencias al respecto, destacando los casos de Colombia y México, tanto en la violencia como en la construcción de la paz.
La guerra es la guerra y ésta es hoy más grave que ayer: la potencia de su destrucción es la de la destrucción del planeta y de quienes habitamos en ellas.
Una endeble estructura económica, basada en la industria maquiladora y productos primarios, bajo una lógica extractivista y concentradora; impactos brutales de fenómenos hidrometereológicos; empleos precarios; violencia estructural y cotidiana; exclusión social y política. En conjunto, todos esto elementos configuran un panorama sombrío para el país y para miles de familias que se ven obligadas a salir de su lugar de residencia.
Sus esperanzas estaban fundadas, por un lado, en la lectura que hacían sobre una muy posible negociación que pusiera fin al conflicto (pues parecía que no convenía a ninguna de las partes), y por otro lado, a la fuerte presión que la comunidad internacional y otros países han ejercido sobre el gobierno de Ortega.
Un jefe de ejecutivo que se permite reportes del clima cuando la aldea está en llamas no solo es licencioso, más allá de lo que su envestidura le otorga, sino insensible.