
Hastío y esperanza: la nueva variante del Coronavirus
En ningún momento histórico la preocupación por prolongar la vida y retrasar la muerte ha sido tan evidente como en nuestra época.
En ningún momento histórico la preocupación por prolongar la vida y retrasar la muerte ha sido tan evidente como en nuestra época.
Los buenos deseos para los lectores, en este año 2022 que apenas asoma, se han unido a mis recuerdos. No sé si todo el mundo comienza los años con esas añoranzas, sin embargo, en lo personal son un soporte para encararlos.
Las opiniones vertidas en los últimos meses sobre la ya aprobada ley federal de Revocación de Mandato han sido diversas y contradictorias, como no podía ser menos en un país plural como México. La historia enseña sobre las perpetuaciones y quiebres en el ejercicio del poder, algunos de ellos violentos.
México es uno de los países del continente americano que paga mejor a sus jugadores y, por ello, se nutre de tantos futbolistas foráneos que buscan mejorar su condición económica en México. Tener extranjeros en la competición nacional no es un problema, como se suele afirmar, porque si así fuera la liga inglesa sería la peor del mundo, y no lo es sino todo lo contrario.
Pasión académica, entusiasmo por la docencia, y responsabilidad con su tierra chiapaneca guiando instituciones no son comprensibles sin destacar la bonhomía que sublima en su trato personal y en su oralidad cálida y desbordada.
A nadie sorprende la tendencia a juzgar la realidad de manera negativa, sobre todo porque los antecedentes de esta forma de mirar el mundo son antiguos. Incluso, se convirtió en doctrina filosófica contemporánea gracias al alemán Arthur Schopenhauer.
Llamar dialectos a ciertos idiomas o escuchar protestas en tribunas públicas por la utilización de idiomas a los que no se reconoce la misma condición del “común” es un hecho, desgraciadamente, común.
Las personas que nacimos antes de la revolución tecnológica de las computadoras, el internet y todos aquellos medios de difusión de información o contactos personales, conocemos lo distinto que era entablar una comunicación más allá del cara a cara.
En las siguientes páginas utilizaré un ejemplo lejano para algunos lectores, pero ello no impide la reflexión sobre las maneras de construir discursos políticos. Formas de estructurar dichos discursos con nítidos resabios religiosos y que tampoco resultan ajenos a las reafirmaciones personales de los seres humanos. El mencionado ejemplo es el del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.