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Judiciales
Lo primero que llama la atención del notorio protagonismo no visto antes del Poder Judicial, es su “politización” provocada y evidenciada por el otro Poder, el Ejecutivo, el presidente de la República.
Lo primero que llama la atención del notorio protagonismo no visto antes del Poder Judicial, es su “politización” provocada y evidenciada por el otro Poder, el Ejecutivo, el presidente de la República.
Los que no desean la paz en Ucrania, usarán el reciente incidente en la capital rusa presumiblemente para asesinar al presidente Putin, como pretexto para no detener el curso de la guerra, ampliar el teatro de operaciones, aumentar las ganancias de las industrias armamentistas, dejar a la ONU en la lona, impulsar el rearme de los involucrados, y, prepararse para la guerra, la cual tiene el ingrediente apocalíptico de nuclear, usado y repetido desde el poder y de las conocedores; una insistencia, quizá no oída desde “la crisis de los misiles en Cuba”, llamada así por la historiografía contemporánea, que […]
Uno de sus principales apoyos del presidente Obrador, acaso el más fuerte, y, sobre todo, leal, las fuerzas armadas ha sido en estos días blanco de varios gatillos internos y externos. En casa, los jueces hacen alarde de su presumida y oportuna “independencia” para atrincherarse en la legalidad, dándole cara al Ejecutivo y al Legislativo. “El poder judicial existe”, parecen decirnos. “Es fraude a la Constitución decir que la agrupación -se refiere a la guardia nacional- tiene carácter civil”, sentenciaron la mayoría de magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
No es mínimo el hecho de que dos Estados llamados o autonombrados como “pacifistas” dejaran su neutralidad bélica para adentrarse en un lógica guerrerista de discursos, actitudes, compra de armamento, y en general, a alinearse a la estrategia atlantista, como ocurre con Finlandia y Suecia. Desde que los años 2000 se incorporaron Polonia y la República Checa
Desde un “departamentito” se apoya a ciertas personas de la oposición…, palabras más, palabras menos, dijo el presidente Obrador, al referirse a ciertos políticos norteamericanos, que auspician más intervencionismo hacia su vecino sureño. Fue esto una muestra más de otro encontronazo bilateral, en la cual las calificaciones hechas desde la secretaría de Estado calaron fuerte en Palacio Nacional. Dimes y diretes, visitas previas de John Kerry, reuniones con el embajador, encuentros, declaraciones, argumentos, soberanía nacional, injerencia externa.
No es la primera vez que desde el norte se oyen voces que desearan empujar una intervención militar en México.
En el transcurso de esos años no sabemos con certeza qué ha cambiado en las zonas del brote rebelde. Qué quedó de aquellas tempranas imágenes del México pobre. De los discursos del poder. De la invitada número uno del zapatismo: la sociedad civil. Varios son aquellos momentos. Uno de ellos, acaso el más importante, fueron los intentos para acordar.
Un breve recuento de las fuerzas armadas rusas nos lleva a la segunda guerra mundial, sin descartar la ruptura del pacto Riventrop-Molotov con la Alemania nazi, una estrategia que consistió en ganar tiempo, nos sitúa en la llamada Guerra Fría, cuando tropas soviéticas ingresaron a Hungría en 1956.
Pelearse por la libertad de comerciar drogas no legalizadas, para que el Estado se haga a un lado, que deje hacer y deje pasar. De resultar esta dinámica, entonces es cuando El Estado se narcotiza con agentes, expolicías o presidentes de la República, yéndose al bando de “los malos”.