Uno menos
Ese árbol cobijaba con su sombra, era de los pocos que quedaban de su especie en la colonia, además su tamaño era mediano, sus ramas no invadían a los edificios cercanos.
Ese árbol cobijaba con su sombra, era de los pocos que quedaban de su especie en la colonia, además su tamaño era mediano, sus ramas no invadían a los edificios cercanos.
Intento hacer memoria de cuándo fue la primera vez que te vi, no recuerdo con exactitud, sin embargo, algo que me llamó la atención fue el color de tu pelaje, un bello tono castaño y también tus ojitos color miel.
Finalmente, después de muchas curvas y alrededor de once horas de camino llegaron a su destino. El pueblo era pequeño y pintoresco, las calles empedradas y las montañas que le rodeaban le daban una hermosa vista. Parecía un pueblo de los que se describen en los cuentos.
Llegaron al rancho justo a tiempo, antes de la lluvia, el atardecer no se apreciaba porque el cielo estaba completamente nublado y los truenos le acompañaban.
Faltaba poco para llegar a casa y pocas veces tenía la oportunidad de tener frente a ella una noche luminosa.
Conectar con su infancia y con su corazón, despertar la inspiración, afrontar los retos al bordar, incentivar la creatividad, confiar en la intuición y sobre todo, aprender a ser más paciente.
Cayó en un sueño profundo. El olor a tierra mojada la hizo despertar, se asomó a la ventana, sintió esa sensación de frescura que deja la lluvia.
No tardó en hacer acto de presencia una bella garza blanca, cuyo vuelo fue seguido sin parpadeo por la mirada de Rita.
Además de puntual tienes muy buena memoria, hoy leeremos el apartado Libros que cambian de lugar.