
El encanto de la oscuridad
Cuando Leonor despertó pensó que estaba soñando, la habitación estaba oscura y un ligero rayo de luz filtraba en la ventana. Era la luz de la luna. El canto de los grillos le hizo recordar donde estaba.
Cuando Leonor despertó pensó que estaba soñando, la habitación estaba oscura y un ligero rayo de luz filtraba en la ventana. Era la luz de la luna. El canto de los grillos le hizo recordar donde estaba.
Uno de los paisajes que más la deleitaba cada tarde era contemplar cómo las gallinas iban buscando el lugar para dormir entre las ramas de los árboles.
El pijiji no solo estaba de un lado a otro sino que se había convertido en quien guiaba a un grupo de patos y anunciaba su ruta por su constante silbido.
Mientras se dirigía al comedor a Inés se le figuró la imagen de una taza de chocolate espumoso, del rico chocolate de bolita, acompañado de su rebanada de rosca que le servía su abuelita Cristi.
Las banquetas amplias sin tanta gente abarrotándolas, hasta pudo deleitarse con una parvada de cotorros que pasó por el rumbo donde ella estaba.
Al público de las Voces Ensortijadas y a quienes integran el portal Chiapas Paralelo les deseo muy Feliz Navidad, que la pasen en armonía y paz con sus seres queridos.
Roberta enrolló y guardó cada bollo de hilo en la bolsa, imaginó que en ese tiempo de tener abandonado el bordado, se había organizado la fiesta de los hilos.
El paisaje era sumamente hermoso, se sintió agradecida y acompañada por ese regalo. Prosiguió su caminar, dio vuelta a la derecha siguiendo las indicaciones del conductor y alcanzó a distinguir los faroles. Sonrió.
De pronto, fue por una calle, dio vuelta, caminó nuevamente, giró y se percató que había regresado al mismo punto. Sonrió para sí, estaba sin avanzar. Se puso atenta y observó que un kiosco era el referente para que se ubicara.