El fueguito interior
Rita se quedó observando el cielo, se veían las ráfagas del atardecer en tonos cálidos. El color rojo le hizo recordar a su elemento fuego, sintió como si esa energía le estuviera faltando.
Rita se quedó observando el cielo, se veían las ráfagas del atardecer en tonos cálidos. El color rojo le hizo recordar a su elemento fuego, sintió como si esa energía le estuviera faltando.
—¡Uy, pero qué les pasó con tanto calor! Ustedes requieren agua para reanimarse, pero agua de lluvia —dijo en voz alta, como en diálogo con las plantas y árboles.
El olor a tierra mojada le hizo evocar a Pilar uno de los momentos que más atesoraba de su infancia, compartir con doña Beti, su abuelita materna, los tesoros que ambas tenían.
Hasta ese momento no se le había ocurrido que el caminar es como vivir la vida. Cada quien tiene su ritmo, su modo, su estilo y su gusto por los lugares que serán recorridos, pero también hay tropiezos, esguinces, caídas.
Cesó el bullicio de las aves, dio paso a el canto de un grillito, luego se sumó otro más, al cabo de un rato la noche tenía un concierto de grillos. A lo lejos se escuchó un canto.
El primer letrero que hizo Leticia decía Salvemos el agua, Daniel le puso unas gotitas de agua que estaban tristes.
Ese sábado Violeta había salido de comisión laboral fuera de la ciudad. A su regreso había quedado de ir a traer a su mamá y a su tía Vera que estaban celebrando el cumpleaños de un par de amistades en común. Mientras venía manejando de vuelta a la ciudad percibió una tarde llena de bruma, los rayos del sol se apreciaban, sin embargo, la bruma invadía la atmósfera. —Seguro este ambiente es por los incendios. Qué contradictorio es, inicia la primavera y también los incendios comienzan a intensificarse —comentó en voz alta. Con tristeza observó que el paisaje en la […]
El sol tenía un color naranja tan intenso que parecía como si estuviera con algún efecto especial, como estaba a punto de ocultarse se le podía observar con detenimiento sin que molestara la vista.
—Ay no hijita, no vayás a hacer como tu tía Eréndira, esa muchacha es como ajonjolí de todos los moles, está en todas partes, para toda la gente menos para ella.