
Un remanso de paz interior
El arte de caminar es más que salir a dar un paseo, robarle unos minutos al día o a las imposiciones sociales para ejercitarse; es una práctica liberadora que se convierte en nuestra aventura necesaria de cada día.
El arte de caminar es más que salir a dar un paseo, robarle unos minutos al día o a las imposiciones sociales para ejercitarse; es una práctica liberadora que se convierte en nuestra aventura necesaria de cada día.
¿Qué tantas experiencias nos depara el andar cotidiano? ¿Alguna vez se han detenido a pensar sobre lo que puede traer consigo una serie de mensajes escritos? Como cuando en las novelas o en las películas se habla de un mensaje escrito que se coloca al interior de una botella y esta puede dar la vuelta alrededor del mundo, la palabra escrita engloba mucha magia.
Ese año como cada mes, desde hace más de dos décadas, la tumba de la abuelita estaría con flores, de colores alegres como las que le gustaban, celebrando un aniversario de su nacimiento y fallecimiento, sucedido el mismo día en un mes de septiembre.
Lilia estaba quitando la maleza en el patio de la casa, en ese terruño tan querido, lejos del bullicio de la ciudad, el sol de la tarde era aún abrasador. Disfrutaba despojar de las enredaderas a los árboles de limón y aguacate, para ella era liberarles y dejarles respirar de tan atosigadoras compañías.
Genoveva se arremangó el pantalón al salir al patio, el aroma a tierra mojada y el cielo grisáceo le indicaban que esa tarde la lluvia estaba por caer y de manera fuerte. Con algo de pereza refunfuñó por haber dejado el portón sin candado, justo ahora que se acordó de cerrar la lluvia se avecinaba.
Para quienes tenemos mascotas sabemos que ellas ocupan un lugar especial en los corazones de cada integrante de la familia. Encontramos que hay desde loros, pájaros, perros, gatos, peces, tortugas, hasta conejos.
El aroma a los árboles llenos de frutos de capulín le remontó a su infancia, en ese entonces estos árboles abundaban en el centro de la ciudad.
Los recuerdos que tengo de la fruta del árbol de cupape son diversos, desde la infancia conocí el árbol y sus frutos. En Tuxtla Gutiérrez era uno de los árboles más comunes de hallar en calles y andadores aledaños al Río Sabinal.
Me resulta sumamente enriquecedor ir puebleando, sobre todo prestando atención a lo que se nos presenta en cada tramo de la carretera o camino que se recorra.