Vas a encontrarte
Había ido aprendiendo a reconocer su cuerpo, quien comenzaba a manifestar su cansancio de diferente manera, hasta llegar un punto en el que debía hacer pausa para retomar el paso.
Había ido aprendiendo a reconocer su cuerpo, quien comenzaba a manifestar su cansancio de diferente manera, hasta llegar un punto en el que debía hacer pausa para retomar el paso.
Una bella ceiba les invitaba a dejarse cobijar por su sombra. Mientras tomaban un respiro comenzaron a platicar sobre la primavera que estaba iniciando.
El canto de los gallos era un ejemplo de que las cosas se pueden hacer mejor cuando hay entusiasmo, fuerza y se infla el pecho para respirar profundo y luego dejar fluir las cosas.
Hay otros silencios que nos acompañan en lo cotidiano, que son significativos y necesarios. Hoy les comentaré un poco sobre ese tipo de silencios y los aliados que le acompañan: la voz, la música y los efectos. Estos elementos forman parte de uno de los medios de comunicación con más de cien años de existencia, la radio.
Leonardo Francisco Martínez Aguilar, de 12 años de edad, originario de esta ciudad colonial expresó “lo que me ha gustado más de la fotografía son los diferentes estilos de los fotógrafos y las diferentes composiciones fotográficas”. En palabras de Yareni Marisol, la foto representa “una forma de ver, de sentir y de transmitir la vida, de apreciar lo visual sin necesidad de palabras; le pertenezco a la fotografía pues cultiva mi alma y satisface a mi cuerpo carnal”. Yesli Anahí López López, destacó lo que busca a través de su trabajo, “quiero compartir un poco de la cultura de mi […]
Valía la pena, llevaba el encargo y había disfrutado la caminata. Al llegar a casa tocó el timbre, al tiempo que gritaba: – Tamales, tamales, ya están aquí los tamales.
Se asomó a la ventana, el sol resplandecía, fue por la gorra, las gafas para el sol y un bote con agua. Tomó sus llaves y salió de casa. Con toda intención dejó el celular, para despejarse un rato y disfrutar el momento. Caminó rumbo al parque que estaba como a diez cuadras de su casa. Se prometió estar atenta a lo que veía y olvidarse por esos instantes del informe laboral.
La tarde soleada motivó a Aurelia para salir a la calle, había prometido a sus hijos que, en la semana, cocinarían galletas de nueces y pasitas.
Mientras caminaban a su destino iban en silencio, solamente se escuchaba el crash, crash de sus pasos acariciando la hojarasca.