Artículos publicados por: María Gabriela López Suárez

Era la segunda vez que visitaba ese pueblo, le agradaba mucho la vegetación que había. Su encomienda era dar un taller a un grupo de estudiantes de nivel primaria en la única escuela que tenían ahí. La vez anterior solo había asistido como auxiliar, ahora era la encargada de facilitar el taller.

La esperanza

Era la segunda vez que visitaba ese pueblo, le agradaba mucho la vegetación que había. Su encomienda era dar un taller a un grupo de estudiantes de nivel primaria en la única escuela que tenían ahí. La vez anterior solo había asistido como auxiliar, ahora era la encargada de facilitar el taller.

Ada se detuvo frente al espejo de su tocador, estaba sin una gota de maquillaje. Observó atentamente su rostro, lo veía pálido, sin los tonos que acostumbraba a colocarse y se asomaban las líneas de expresión propias de su edad. Tomó el cepillo y comenzó a peinarse, lo hacía con sumo cuidado y observando que su cabello estaba tomando el color natural, el tono del tinte que solía pintarse se había desvanecido. Se asomaban los hilos de plata en buena parte de la cabellera.

Sentirse bonita

Ada se detuvo frente al espejo de su tocador, estaba sin una gota de maquillaje. Observó atentamente su rostro, lo veía pálido, sin los tonos que acostumbraba a colocarse y se asomaban las líneas de expresión propias de su edad. Tomó el cepillo y comenzó a peinarse, lo hacía con sumo cuidado y observando que su cabello estaba tomando el color natural, el tono del tinte que solía pintarse se había desvanecido. Se asomaban los hilos de plata en buena parte de la cabellera.