
Lluvia en primavera
Como cada mañana acostumbraba saludar a sus plantas, abrió la ventana que daba al patio y se percató que el piso estaba mojado.
Como cada mañana acostumbraba saludar a sus plantas, abrió la ventana que daba al patio y se percató que el piso estaba mojado.
Observó que había poca gente en las calles. Alzó la vista, el tono del cielo era un azul de los que apetece quedarse contemplando por un gran rato. Las aves parecían disfrutar el paisaje, Aurelia también se deleitó con la vista.
Esta edición de Grito de Mujer me hace recordar la importancia de fortalecer las redes entre mujeres, no estamos solas y es muy importante alzar la voz, denunciar y compartir lo que nos sucede.
Ambas entraron al auditorio que comenzaba a llenarse. Mónica observó el escenario, el atril, la iluminación, dentro de unos minutos estaría frente al público compartiendo la palabra y honrando a su linaje.
Si me dan a elegir algún día, el primero que viene a mi mente es el miércoles.
Regresó a su mente la imagen del cachorro muy contento intentando alcanzar a los chicos, como quien anda en busca de un hogar.
El clima de esa mañana era cálido. Alzó la vista, el tono azul del cielo era sumamente hermoso.
—¿Viento en día soleado? —preguntó para sí. Salió al patio para cerciorarse, de nueva cuenta percibió el canto de los pájaros. Además, sintió el airecillo fresco que soplaba esa mañana. Alzó la vista, unas nubes cruzaban con prontitud el cielo, como si alguien las apresurara.
El autobús que llevaría a Federica a su nueva ciudad de residencia salía a las 15:30 horas. Federica llegó, como no solía hacerlo, muy temprano a la terminal.