El Batallón Chiapas
Es probable que aquella mañana del 5 de mayo de 1862 haya amanecido nublado. En las afueras de la ciudad de Puebla eso debió ser normal en una primavera totalmente atípica en nuestro atribulado país. Es posible que el General Ignacio Zaragoza casi no tuviera oportunidad de dormir, pensando, cavilando todo el tiempo, la forma de afrontar con holgura la semejante tarea que tenia frente a sí.