
José Agustín
Después de su aparatoso accidente, sabíamos lo que iba a pasar. Nos preparamos para ello, tomando en cuenta que, con él, se va un discurso, una perspectiva de vida de una generación entera de mexicanos que abrevamos de una literatura la cual prontamente se convirtió en bandera iracunda, enarbolada de ahí en adelante con el cuchillo entre los dientes, desde todos los espacios posibles de nuestra utopía cotidiana.