
La hipocresía de Occidente
“Occidente” es un concepto utilizado para definir a ese privilegiado sector de países desarrollados alrededor del mundo.
“Occidente” es un concepto utilizado para definir a ese privilegiado sector de países desarrollados alrededor del mundo.
Es difícil no seguir escribiendo sobre el caso del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, hoy prófugo de la justicia.
En estos tiempos se nos pide “unidad nacional” ante los embates del nuevo presidente de los Estados Unidos.
Difícil panorama la tiene el presidente Enrique Peña Nieto en la hora más critica de la relación México con Estados Unidos. En su nivel más bajo de popularidad y credibilidad que cualquier mandatario en la historia del país.
El imaginario popular es sabio. Uno sube a cualquier taxi o escucha conversaciones en el autobús o combi colectiva y puede tomar el pulso político de lo que siente el ciudadano de a pie.
¿Quién no quisiera escribir algo sobre la muerte de Fidel Castro? De hecho, representa, quizá, la noticia esperada por los que nos formamos generacionalmente en el siglo XX.
Quizá como nunca antes el país vive una de sus peores crisis institucionales de su historia. Desde el México pos-revolucionario no se veía una desazón que rebasa, en mucho, la coyuntura de un partido en poder.
Dedicado a mis colegas antropólogos/as que, a lo largo del camino, han compartido conmigo muchas y grandiosas cosas, incomprensibles en lo material, pero sí en los afectos y emociones que forman parte de los terrenos de la perpetuidad.
¿Y si en verdad Enrique Peña Nieto tiene razón, y cree exactamente en lo que hace? ¿Si en verdad todo lo que ha malhecho, todo en donde la ha regado, forma parte de un proceso trazado y planeado dentro de un proyecto sexenal que pretende ser mucho mayor, de la envergadura del desmantelamiento sistemático de eso que se llamó Revolución Mexicana?