
Paquita
Si en algo nos caracterizamos musicalmente los/as mexicanos es en el amor y desamor. Nos encanta regodearnos en esa dialéctica tan desgastante, pero muy atractiva en los nuestros rincones emocionales. En cualquier fiesta, después de alzar las copas para los brindis, inevitablemente nos aprestamos a bajar, sin la mesura o el más mínimo tacto, a ese retorcido espacio de los desencuentros amorosos. Lloran nuestras almas, y lo disfrutamos. Sufren los corazones y así los cicatrizamos. Pobres de nosotros, inmundos mortales que no entendemos la felicidad sin el desamor.