Amar dragones
Vi recientemente a una querida amiga, a quien además admiro por su desprejuicio y su descaro total para hablar de sí misma. La charla giraba en torno a la gente a quienes los mosquitos “persiguen” para picar. Ella dijo, entonces, que la seguían las pulgas y las garrapatas. Que bastaba que unas u otras estuvieran cerca para que momentos después ya las sintiera o las tuviera en el cuerpo. —Debo tener sangre de perra –reflexionó. Y agregó antes de estallar en una carcajada: ¡De perra en brama!