Dos sexos
El epígrafe general de Autotomía de Eduardo Hidalgo es muy bueno (p. 5): “Agradezco/ profundamente/ a Dios/ el haberme concedido dos sexos:/ el mío y el de mi mujer”.
El epígrafe general de Autotomía de Eduardo Hidalgo es muy bueno (p. 5): “Agradezco/ profundamente/ a Dios/ el haberme concedido dos sexos:/ el mío y el de mi mujer”.
Reviso los libros breves y los cuadernillos del Programa Nacional Salas de Lectura. Me hallo con dos autores admirados y tomo sus obras: Mazel y Shlimazel. La leche de la leona (Conaculta, 2012), de Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura en 1978, de quien he leído todo lo que he encontrado, y ¿Cuánta tierra necesita un hombre?, de Lev (León, regularmente) Tolstói, otro de mis autores básicos.
Casa de citas/ 148 El cigarro, como el amor, es una puta incomprendida. Darwin Petate El breve volumen Apología de una ciudad en llamas (Public Pevert, 2013), de Darwin Petate (Suchiapa, 1989), es una refrescante visión de Tuxtla y Suchiapa desde la perspectiva de un joven poeta homosexual (en sus datos Darwin asienta que “se le va la cocha al monte y en buen pedo”). Esta alegría de reconocerse, de autodefinirse recorre los poemas que, sin perder profundidad, no usan el cilicio, el martirio como discurso (p. 10): “Recuerdo tu sexo tatuado/ por el dulcísimo sudor de mi […]
Michelle Pfeiffer, bella pese al tiempo acumulado, vuelve mala una buena palabra en la entretenida cinta Una familia peligrosa (Malavita, 2013, dirigida por Luc Besson): “¿Amigos? Sin groserías, por favor”.
Vi recientemente a una querida amiga, a quien además admiro por su desprejuicio y su descaro total para hablar de sí misma. La charla giraba en torno a la gente a quienes los mosquitos “persiguen” para picar. Ella dijo, entonces, que la seguían las pulgas y las garrapatas. Que bastaba que unas u otras estuvieran cerca para que momentos después ya las sintiera o las tuviera en el cuerpo. —Debo tener sangre de perra –reflexionó. Y agregó antes de estallar en una carcajada: ¡De perra en brama!
En Juan Rulfo y el cine (Universidad de Guadalajara-INMCINE-Universidad de Colima, 1996), Gabriela Yanez Gómez analiza las adaptaciones cinematográficas que se han hecho sobre Pedro Páramo y los cuentos de El llano en llamas.
Matar es una de las actividades más antiguas del mundo. Existió antes, si le hacemos caso a la Biblia, que la prostitución. La literatura, cuya vertiente es la realidad, la ha hecho suya, también, desde su nacimiento: La Ilíada y La Odisea, de Homero, su cuna, chorrean sangre.
Mi admirado Emilio Carballido me dijo hace tiempo, en una entrevista, que “en general, la marca de las buenas novelas es la proximidad que tienen con la sustancia dramática”, su esencial cercanía con la dramaturgia, con el teatro.
Dos ideas de Octavio Paz sobre el tiempo en Memorias y palabras, cartas a Pere Gimferrer 1966-1977 (Seix Barral, 1999: 225): “El tiempo, nuestro padre, se ha evaporado: ya no es sentido sino sucesión mecánica, insensata. Ayer, hoy y mañana no son ya sino nombres huecos” y (p. 227): “El 12 de agosto es un día como los otros y es un día único: flota sobre el tiempo y no acaba de ser este ni aquel día. Es todos los días, es ningún día y es el día de hoy”.