¿La espera o la esperanza?
Kay, amigo alemán, dijo al ver el desastre de esta ciudad: —Tuxtla parece una pista de carros chocones.
Kay, amigo alemán, dijo al ver el desastre de esta ciudad: —Tuxtla parece una pista de carros chocones.
Levinas resume toda su filosofía en pocas palabras (p. 264): “Con la aparición de lo humano, y esta es íntegramente mi filosofía, hay algo más importante que mi vida: la vida del otro”.
Este libro (Editorial Fineo, 2005) recorre las ideas de varios filósofos que han indagado sobre lo que postula el título: Kant, Hegel, Schelling, Nietzsche, Freud (el único sin la imagen pública de filósofo), Levinas, Jonas y Arendt, en un antes y un después de Auschwitz, del exterminio judío.
Ricardo York, duque de Gloster, fue el asesino que limpió el camino para que Eduardo IV (de los Lancaster) fuera rey; para ello mató a Enrique VI (casado con Margarita), luego mató a Eduardo, su hijo, heredero del trono, quien estaba casado con Ana.
Si hubiéramos tenido un loco así en Tuxtla, que hubiera salvado algunas viejas construcciones que dieran un poco de belleza a esta feísima ciudad. El único edificio antiguo, en la Segunda Poniente y Avenida Central, convertido ahora en museo.
18 de agosto de 2014, 19 horas. Comienza el V Festival de Teatro Otra Latitud, en el auditorio de la Ciudad Universitaria de la Unicach. Debió de empezar con el homenaje a los cuatro ancianos que fueron veladores del Teatro de la Ciudad “Emilio Rabasa”.
Con mi abrazo solidario y fraternal a todos los de Chiapas Paralelo, por la alegría de su primer aniversario… A mí que se me da eso de hacer muchas cosas al mismo tiempo, entiendo muy bien esto que escribe Cortázar (p. 157): “Si me paso más de diez minutos sin hacer algo, sea lo que sea, tengo la impresión que soy ingrato con ese hecho maravilloso que es estar viviendo, tener ese privilegio de la vida”.
Hace mucho publiqué una columna que llamé ¿Onde rayo yo quién raya? (un verso de una canción recopilada por Rulfo y que forma parte del repertorio de la Caponera en El gallo de oro [Editorial Era, 1980: 52-53]).
Duermo poco desde niño. A veces la madrugada me llega mientras leo o me despierto de madrugada y el día me halla frente a unas páginas. Estos libros me acompañaron en un viaje al mismo tiempo físico y emocional, como suelen ser los viajes, de Madrid a tres ciudades de Italia y luego al DF; ahora reposan en mi biblioteca de Berriozábal.