El ojo, el corazón, el recuerdo
“La ley no es la ley, sino el poder; este axioma está escrito por encima de los valles en los cuales perecemos. Nada es lo que parece ser en este mundo, todo es mentira. Cuando decimos ley, queremos decir poder; cuando pronunciamos la palabra poder, pensamos en la riqueza, y cuando la palabra riqueza aflora a nuestros labios, esperamos disfrutar de los vicios del mundo”.