Chiapas; crisis de la economía de subsistencia y la protesta perenne
Si al estado le falta industria, capacidad exportadora, de modernización de servicios, comunicaciones eficientes; a los chiapanecos de manera personal ¿qué nos falta?
Si al estado le falta industria, capacidad exportadora, de modernización de servicios, comunicaciones eficientes; a los chiapanecos de manera personal ¿qué nos falta?
En Chiapas las decisiones políticas y sociales no se toman a tiempo y por tanto, siempre se ha perdido el sentido de la oportunidad para el desarrollo del estado.
Pocas dudas quedan del autoritarismo del gobierno de Peña Nieto ante el escándalo del espionaje a figuras públicas mexicanas. La intimidación, el miedo a quienes ejercen la libertad de expresión se suma al arrebato electoral y la percepción de que pudiera de nueva cuenta ocurrir en el 2018.
Con la polémica que conlleva; pero en términos generales México ha logrado un cierto grado de estabilidad macroeconómica y además se ha logrado también casi la cobertura nacional en materia de escolaridad, salud, electricidad y etcétera. Pero aun así la pobreza nacional subsiste; no se reduce. Porque habría que notar que no es lo mismo cobertura que calidad de los servicios y satisfactores sociales.
No ganó nada la ciudadanía, pero la indignación sigue creciendo. De sumar fuerzas depende que el 2018 sea diferente y desde abajo.
No puede negarse, que detrás de las elecciones del Estado de México está en juego el destino político del PRI y del Presidente Enrique Peña Nieto. Incluso es obvio que también en estas elecciones está en juego buena parte del destino político de Andrés Manuel López.
En Chiapas, debido a la falta de identidad política de clase gobernante; el hipotético triunfo de la candidata de MORENA, Delfina en el Estado de México solo nos traerá un efecto directo e inmediato: una desbandada impresionante de la militancia de otros partidos políticos hacia MORENA.
La prensa ni es preguntona y tampoco ni antes ni ahora se merece un pinche coscorrón de los poderosos. A pesar de ellos ha sobrevivido a dictaduras, cacicazgos, malos gobiernos y se adapta incluso a las nuevas tecnologías, por la sencilla razón de que la inmensa mayoría de la ciudadanía se aferra a la verdad y lo seguirá haciendo.
Hay hartazgo ciudadano. Pero la clase política, no es que no lo entienda. Su problema es que está atrapada en enorme intereses que le generan un cúmulo de complicidades. Por lo tanto, es casi imposible que el grupo que detenta el poder político haga transformaciones de fondo.