Mario Uvence, lucro desde la Secretaría de Turismo
Esta fue una de las columnas más leídas de 2014. La retomamos porque no ha perdido vigencias, en este que ha sido un mal año.
Esta fue una de las columnas más leídas de 2014. La retomamos porque no ha perdido vigencias, en este que ha sido un mal año.
No pudo haber colofón más trágico y simbólico de los dos años de gobierno de Manuel Velasco Coello que la inmolación de Agustín Gómez Pérez, portador de la impotencia y la desesperación de un grupo de indígenas de Ixtapa que reclamaba la liberación de su dirigente Florentino Gómez Girón.
Lo que para el PVEM-PRI es una excelente noticia, para la sociedad chiapaneca es una señal ominosa contra sus aspiraciones. En el caso de los comicios para el Congreso local y alcaldes, en las boletas electorales aparecerán diez opciones, pero en los hechos no será el reflejo de una vasta pluralidad sino la impresión en papel de la simulación de un sistema partidista democrático.
La crisis político-institucional que vive el país tiene su microcosmos en Chiapas. Aquí se reproducen varios de los factores que han provocado la decadencia del sistema político y gobierno nacionales. Parafraseando aquel lema de campaña del exgobernador Manuel Velasco Suárez, “todo en Chiapas es México”, sobre todo cuando de rezagos sociales y distorsiones democráticas se trata.
Viene aullando la muerte/échenle duro a la pala/trae cargamento fuerte/quiere fosas en Iguala. El cadáver es conocido/para nadie indiferente/no es un desaparecido/es el zafio presidente.
La elección de Estado en Chiapas está en marcha. Y cada vez se hace de manera más descarada. El desvío de recursos públicos para fines político-electorales a favor del partido gobernante, está bien documentado. En un estado democrático, el caso sería un escándalo político, ameritaría una investigación imparcial y provocaría muchas renuncias.
La creación de dos partidos progobiernistas (Mover a Chiapas y Chiapas Unido) con los cuales aliarse en las elecciones del 2015, así como la perpetua campaña publicitaria oficial a favor del “Verde”, son pruebas fehacientes. Y bajo estas circunstancias, el PRI ha dejado de ser un aliado estratégico para convertirse en un aliado por conveniencia.
No hay gobernador chiapaneco alguno que pueda jactarse de haber logrado la paz, la concordia, la unidad, la armonía, ni siquiera una tranquilidad política y social duradera. Cada quien carga sus muertos, sus actos represivos, sus enfrentamientos comunitarios o religiosos, sus violentos diferendos electorales, sus encarcelados…
Enrique Peña Nieto, el titular del Ejecutivo responsable de garantizar la legalidad en el país y la seguridad de los mexicanos, reaccionó con sospechosa demora 12 días después de ocurrida la matanza diciéndonos el consabido discurso de que se encontrarán a los responsables “tope donde tope”, de que el crimen no quedará impune y de que hechos como esos son inaceptables para la sociedad. Ya transcurrieron 20 días de la masacre y no hay resultados.