La transparencia, de acuerdo con politólogos y demócratas, debe ser el límpido cristal a través del cual la sociedad debe observar el ejercicio cotidiano de los tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. En los hechos, sin embargo, esa caja que se pretende diáfana a la mirada ciudadana, tiene más zonas opacas que claras. Acercándonos al máximo, pegando los ojos al vidrio ahumado, buscando la iluminación más adecuada o rascándole a la película polarizada que la recubre, podemos cerciorarnos de algunas cosas que ocurren dentro, pero no de todas a las que tenemos derecho a conocer. En un […]
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