Una historia de gatos

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Por Erika Valdes

Los gatos son seres extraordinarios que vienen a enseñarnos que nuestra existencia puede ser increíble si estamos dispuestos a ver los pequeños milagros de la vida día a día…

Y es por eso que la literatura está llena de referencias a estos seres mágicos que pueden hacernos cambiar la perspectiva de vida, incluso llegar a quererlos mas de lo que imaginamos. Ernest Hemingway tenía una raza muy especial de gatos en su casa de Cuba(ahora museo).

Lovecraft y Poe escribieron historias de misterio protagonizadas por gatos. Hirade le dedicó un libro completo a cómo un gato cambia la dinámica familiar en «El gato que venía del cielo».  Natsukawa hace uso de un gato como un «guía de sabiduría» para que el protagonista encuentre su camino, capaz de hablar le dice las líneas más memorables del libro en «El gato que amaba los libros».

Y aunque no sabría cómo escribirte una novela como muchos escritores lo hicieron con sus gatos, si voy a contar nuestra historia juntas.

Salem llegó a nuestras vidas porque así estaba escrito. Fue un obsequio para toda la vida que Don José, mi suegro, encargó en mis manos. Negrito y ojon, de pelos parados y maullidos exigentes.

Casi un año después,   descubrimos que era hembra y ya estaba en la dulce espera de gatitos. La costumbre nos hizo no modificar su nombre: Salem, porque aparte de todo tu sabías perfectamente que así te llamabas.

SALEM, tu naturaleza fue siempre salvaje. Cazadora nata, no había bicho, rata, pájaro que fuera más hábil que tu.

Llegaron los gatitos y tener bebés en casa era algo hermoso, y tú la mejor mamá para cuidarlos. Solo dejabas que mamá y yo los viéramos. Los niños crecen rápido. Nunca vamos a olvidar como una noche mientras cenamos mamá te dió una salchicha, y tú, en lugar de comer solita dentro de la cocina corriste al patio, la dejaste caer en medio de los gatitos bebés y les mostraste como comer.

«Es una súper mamá» presumíamos siempre.

También nos llevamos un susto enorme cuando una tarde de sábado, después de ir a la feria del libro de la UNACH, llegamos a casa y ya estaba oscuro. No te encontramos ni a ti ni a los gatitos. Salimos a buscarte por los alrededores y encontramos a la vuelta de la casa la escena que podría ser de un crimen que nunca resolvimos. Había sangre en la pared, como si un animal hubiera sido asesinado…

Y el rastro de sangre se perdía en el terreno y la oscuridad.

Una hora después los gatitos salieron de un escondite del patio corriendo y llorando pidiendo cena. Y tú, seguías sin aparecer. Fueron casi dos horas angustiosas hasta que mamá gritó tu nombre tan firme que nos contestaste maullando pero en un tono triste… Después de mucho bajaste de un techo vecino como si nada pasará. Te dejaste abrazar por mi mamá, la única por la que siempre te dejaste tocar, y te revisamos. No estabas lastimada y era un alivio. La sangre no era tuya ni de los gatitos… Entonces ¿Que animal había muerto alrededor? Por la mañana buscamos un «cadáver» y no encontramos nada. Limpiamos la «escena del crimen»(no se que crimen, porque sin cadáver no hay crimen como rezan los libros de thriller).

Y las mil historias que inventamos con estos pocos datos fueron suficientes para quedarnos tranquilas, tu harías de todo por proteger a tus hijos y nosotras por cuidarte a ti.

Salem, salvaje y rebelde

Salem tan única e increíble

Salem tan tu, tan nuestra…

Tan maestra de vida.

¿Cuántas historias puedo contar de ti?

¿Cuántas historias pueden contar nuestros amigos, familia, amigos que son familia y frecuentaban nuestro hogar sobre ti?

Quién tuvo la fortuna de frecuentar nuestra casa sabían que tú eras más que una mascota.  Y que eras una compañera incondicional, más para mí mamá que para mí, porque siempre la elegiste a ella. Incluso desde antes de que mudará lejos yo ya lo sabía,  la seguías por todos lados, la acompañabas cuando estaba haciendo jardinería, le pedías comida a ella, de lo que fuera que ella comiera, y ella te hablaba y tu le contestabas… Una relación un tanto extraña si me preguntan porque a mí mamá hasta antes de tu llegada no le gustaban los gatos…

Te cuide, te tomé más de mil  fotos, te acose cariñosamente para cargarte (porque odiabas el contacto físico) Pero yo no fui tu humana compañera y aún así me duele mucho que hayas partido al universo…

Debí saber que tú partida estaba cerca, no ví las señales o más bien no las quise ver.

Unas semanas antes, soñé a mi abu, estábamos cocinando en su fogón como muchas tardes lo hicimos y me estaba regañando por no encontrar un «chunche» un cucharon de los muchos que tenía en un cajón.

A los pocos días soñé a mi suegro (el mismo que te entregó a nosotras).

Empezó a llover como nunca y a mí me encantó el cambio de clima.  Y entre esos días, caminando a casa de noche, observé como un árbol fuerte y enorme se caía ante mis ojos y de algunos vecinos. Es el ciclo de la vida, nacer y morir.

Ya sabía que estabas triste y no querías comer pero de pronto el martes pasado mamá me envió mensajes demasiado Temprano y yo ya lo sabía, ya estabas ronroneandole a Papá José y escuchando como mi abu decía que estabas muy gorda y que seguro estabas embarazada (aunque llevarás años esterilizada).

El duelo es un proceso donde nuestro corazón puede estar muy triste, pero es el momento exacto donde podemos reflexionar sobre  nuestro lugar en la vida de los demás… Y su amor incondicional.

Mamá y yo recibimos los mensajes más hermosos dandonos el pésame. Amigos y familia nos compartieron las mejores fotos y videos que te tomaron porque tenías un club de fans (nunca lo notamos).

Nos diste tus mejores años, historias, lecciones de vida y tu compañía. También nos diste a bebé Mina, quien también te extraña… Y a quien mamá no ha dejado de apapachar.

Mi corazón aún siente un huequito al acordarse de ti, pero también se que mi mamá posiblemente te extrañe el triple que yo, y tiene su corazón un poquito más triste que el mío.

Estaremos bien, tu última lección para nosotras es vivir sin ti en este plano y solo con tu recuerdo…

Gracias Salem por tu vida 🌱

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.