El peso del transporte público
El transporte público provee a los habitantes de una ciudad, de movilidad y accesibilidad al empleo, estudios, servicios urbanos, actividades administrativas, deportivas y recreativas, y cuando este servicio es bueno, adquiere un peso significativo en el desarrollo de las ciudades. En Tuxtla, como en las ciudades grandes de nuestro país, es la única opción para miles de personas que no pueden acceder a la posesión y uso de automóviles privados.
La semana pasada, el Presidente de la Alianza del Autotransporte Organizado del estado de Chiapas, Bersaín Miranda Borras anunció que se prevé un aumento en el precio del servicio público para el segundo semestre de este año. Esto cobra mayor relevancia porque viene tan solo a menos de dos meses de anunciarse la eliminación del pago de la tenencia vehicular a los autos particulares en el estado de Chiapas. Estos dos anuncios aunque vienen por separado, hay que analizarlos juntos porque guardan una relación directa, porque para mejorar el servicio y masificar su uso se deben realizar inversiones de recursos tecnológicos y humanos que a su vez representan fuertes inversiones de dinero, que no deben en ningún caso venir en proporciones mayores de los usuarios, sino del gobierno.
El problema principal viene que los fondos públicos para resolver los problemas de movilidad colectiva en las ciudades no vienen de los impuestos de quienes los generan en lo particular, es decir, las inversiones económicas que se realizan para el transporte colectivo deben venir de quienes deciden movilizarse en medios particulares, ya que el gasto de la inversión por viaje en infraestructura y vialidades es mayor cuando ese viaje desplaza a una persona en coche y menor cuando el viaje lleva a muchas personas en un mismo autobús. Además el transporte público es mucho más eficiente en el uso del espacio en las vialidades y menos contaminante. Cuando se elimina el pago de tenencia vehicular a automóviles particulares, se elimina la posibilidad de que con esos impuestos, se financien proyectos de mejoramiento al servicio de transporte público masivo.
Un buen transporte público debe ser rápido, seguro y económico; rápido porque aunque el costo en dinero de transporte público para ricos y pobres es el mismo, los ricos pierden más ingresos por invertir más tiempo en un transporte público lento, provocando que los ricos usen cada vez más sus automóviles privados, contribuyendo a la saturación del tránsito y contaminación atmosférica. El transporte público debe ser seguro por obvias razones, pero sobre todo económico para incentivar cada vez más su uso y no impactar la economía de quienes es su único modo de transporte.
Con la inversión de 900 millones de pesos que requirió la modernización de los 22 kilómetros de libramientos en Tuxtla, se pudo haber pagado un buen estudio de movilidad y tránsito, e implementado estrategias para su implementación. Con el reciente anuncio de la próxima elaboración del Programa de Desarrollo Urbano y del Plan de Movilidad para Tuxtla Gutiérrez, es una excelente y única oportunidad que la ciudad tiene para armonizar los instrumentos de planeación que generan y pretenden resolver respectivamente los problemas de movilidad en la ciudad.
El aumento al costo del servicio de transporte público es una mala noticia para los usuarios, un anuncio cínico para los prestadores de un servicio deficiente y una vergüenza para el gobierno que no ha tenido capacidad política y técnica para mejorar el transporte urbano. El peso del transporte público no se basa en una moneda, sino en la relevancia y seriedad con la que se aborda.
Como siempre un Estado y País que va para atrás, lejos de incentivar el uso del transporte público y adoptar modelos exitosos como los paises Europeos que incluso viajan de forma gratuita aquellos que leen en éstas formas de transporte. Es lamentable que el beneficio se distribuya solo en unos cuantos personajes apoderados de las concesiones locales. Promover a que sean puestos bajo observacion y poner bajo disposicion dichas concesiones a aquellos choferes o personas laborando bajo cuotas exhorbitantes, que al unico que benfician es al patron. El transporte es pésimo en todos los aspectos, principalmente la comodidad y la seguridad.