Velasco hace ojos ciegos a prostitución infantil; Chiapas foco rojo a nivel nacional: especialista
En octubre de 2014 en el pleno de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, en donde se llevó a cabo el programa “Todos Dejamos Huellas”, empresarios, ciudadanos, asociaciones civiles y fundaciones destacaron la contribución, el compromiso y trabajo permanente de Chiapas para el fortalecimiento de políticas de seguridad en materia de prevención, atención y combate a la trata de personas, sobresaliendo las acciones de Velasco Coello.
En aquella ocasión Velasco dijo “para poder prevenir y erradicar de raíz esta problemática se deben fortalecer e intensificar las acciones coordinadas entre los tres órdenes de gobierno, aspecto que se prioriza en la entidad, debido a la posición geográfica, Chiapas registra un intenso flujo migratorio, en donde miles de extranjeros que transitan por la Frontera Sur son el blanco para las actividades delictivas de bandas dedicadas a la trata, sin embargo gracias al trabajo realizado, en este rubro la seguridad también está controlada.
Llegué aquí a los 12 años, en 2012 vinieron a repartir dinero para que las que podían, votaran por Velasco Coello, ni siquiera nos veían como gente, buscaban a quien sí podía ir a la urna, veían acarreadas, nunca nos hablaron de cerrar este lugar, de apoyarnos en salud, yo jamás podré salir de aquí, estoy vendida. Las Huacas es el centro de prostitución infantil más importante de Tapachula, todos saben en dónde está, pero nadie dice nada, hasta creo que es legal, aquí nos visitan los encargados de juntar votos, nunca los candidatos”. Laura, víctima de prostitución.
“Acabo de llegar hace tres meses, mi madre dejó que me trajeran, vengo del otro lado, le dijeron que aquí voy a ganar dinero seguro, me voy a quedar un tiempo, tengo que mandarle dinero a mi mamá, para ayudarla con las medicinas de mi hermano, tiene 9 años, el doctor dijo que tiene mal la sangre, que va costar mucho su tratamiento, por eso dejaron que me trajeran aquí, pero solo será un rato, luego teniendo más dinero ya me regreso para mi tierra”. Reina, 14 años, víctima de prostitución.
“Quería seguir estudiando, pero a mi mamá le quitaron el apoyo porque no pudo llegar a un mitin del Güero (Velasco), tuvo que ir a trabajar, sino no comíamos ese día, tengo tres hermanitos más pequeños, pues no podían con todos los gastos, tuve que meterme a esto, a los hombres les gustan las niñas, así juntamos un poco más”. Rosa, 15 años. Víctima de prostitución.
Osiris fue obligada a trabajar en un bar, a sus 14 años ya era explotada sexualmente, su rutina diaria consistía en consumir alcohol y drogas, para finalmente ejercer la prostitución, esto por órdenes de la propietaria del bar, Felipa M. Hernández; la mitad de las ganancias obtenidas por la chica eran para ella, hasta el día que uno de los clientes del lugar se atrevió a denunciar el hecho y rescatar a la menor.
En México, la trata de personas y prostitución (incluida la infantil) son los ilícitos más redituables para la delincuencia organizada, la lista la encabeza el tráfico de armas y el narcotráfico. Según el informe “Diagnóstico de las Condiciones de vulnerabilidad que propician la Trata de Personas en México” Chiapas es uno de los estados en donde las víctimas se encuentran en mayor vulnerabilidad para caer en las redes de tratantes ya sea por su condición humilde, situación migratoria o por la poca seguridad policial aprovechando el rapto, al mismo tiempo explica que el foco rojo más importante del estado es su frontera.
En Ciudad Hidalgo, niñas entre 13 y 16 años se prostituyen en el parque central, su actividad inicia desde las diez de la noche, sin embargo, durante el día también trabajan, pero en un bajo perfil, para no ser visibles a la sociedad.
El costo de su cuerpo va entre los 100 y 150 pesos por una hora, más el precio del hotel, que generalmente son 50 pesos extra. En los alrededores de las ciudades fronterizas también existe la prostitución de mujeres adultas, aunque se observa más a niñas y niños.
Daniela Ávila, activista social comenta “sobre la explotación sexual, la realidad es más cruda en Las Huacas, el llamado “ templo de la prostitución”, ubicado en Tapachula, es uno de los principales focos rojos más conocidos, pero también el más ignorado o aceptado, ya que tanto las autoridades como la ciudadanía lo aceptan como un sitio válido para la prostitución”.
Aproximadamente una treintena de prostíbulos, calificados como bares y cantinas conforman la zona de tolerancia Las Huacas, en donde se paga más por los menores de edad (en su mayoría de procedencia centroamericana), que por las mujeres adultas.
Alonso, policía municipal comenta, “es preocupante ver cómo las niñas siguen llegando a diario a esa zona, pero lo es más cuando todos los que vivimos en Tapachula ya lo tomamos como algo normal, yo debería de arrestar a las personas que venden a las niñas, pero en lugar de eso, la orden de mis superiores es vigilar que ningún cliente se vaya sin pagar y que las menores presenten su comprobante de control sanitario del Centro de Salud con un resultado de negativo, con respecto al SIDA. El motivo por el cual yo me veo imposibilitado a arrestar a los que regentean esos lugares, es porque es una red de delincuencia, los que están arriba de mi nos aumentan unos pesos, mientras que a ellos les triplican el sueldo los dueños de las cantinas, con tal de ver, callar y proteger”.
Aunque el Código penal del Estado de Chiapas establece en materia de delitos y ultrajes a la moral pública, o a las buenas costumbres e incitación a la prostitución, que se impondrá pena de tres a seis años de prisión, de cincuenta a doscientos días multa y de veinticinco a cien días de trabajo a favor de la comunidad a quien comete el delito de lenocinio, la realidad se antepone a cualquier ley; las diversas historias en aquel sitio, tienen un punto en común: la pobreza.
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