Cierran filas pueblos indígenas tras concluir Congresode la Madre Tierra en San Cristóbal de Las Casas

"Nos oponemos a los mega - proyectos y a la explotación minera   depredadora", dice uno de los acuerdos finales del Congreso. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

«Nos oponemos a los mega – proyectos y a la explotación minera depredadora», dice uno de los acuerdos finales del Congreso. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

 

 

Más de mil 200 personas representantes de cinco pueblos indígenas y mestizos de la circunscripción de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, acordaron detener la embestida de las empresas mineras y demás políticas públicas gubernamentales que agravien a sus comunidades o que no hayan sido consultadas antes con ellos.

Luego de tres días de análisis y discusión de las diversas problemáticas que viven en sus regiones, tsotsiles, choles, tzeltales, tojolabales, zoques y mestizos concluyeron el Congreso Pastoral Diocesano de la Madre Tierra convocada por la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas en el marco del tercer aniversario de la muerte del obispo Samuel Ruiz García, conocido como jTatik, por los indígenas.

Grupos de discusón en el Congreso Pastoral Diocesano de la Madre Tierra. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

Grupos de discusón en el Congreso Pastoral Diocesano de la Madre Tierra. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

Este encuentro también sirvió para recordar el Congreso Indígena de 1974 que en aquella ocasión fue convocada por el entonces gobernador Manuel Velasco Suárez, abuelo del actual gobernador, y el obispo Samuel Ruiz García. En aquella ocasión de igual forma hablaron de sus problemas sociales y políticos, pero ahora todo giró en torno a los problemas ambientales que han padecido como la tala, deforestación, erosión de la tierra, incendios forestales, seca de ríos y arroyos, proyectos mineros y sobre todo el cruce de carreteras y autopistas.

En el evento, los indígenas señalaron que el sistema capitalista neoliberal, patriarcal, represor y dominante, no es todopoderoso; que el todopoderoso sólo es Dios y que por ello su fuerza principal está en la “armadura de la fe”.

“Ante el poderío de las transnacionales y de los gobiernos cómplices y aliados de las mismas, que buscan acaparar las tierras y los bienes naturales del aire, del suelo y del subsuelo, que Dios nos regaló, es necesario que tengamos el valor de plantarnos ante ellos y decirles: “¡detente, hermano, porque esta tierra es de Dios!”, dice el documento final que signaron todos.

Tras los tres días, acordaron concientizarce aún más y concientizar a las familias y comunidades sobre las realidades que están viviendo. Promover una formación integral que nos dé elementos para desenmascarar los engaños del sistema opresor y buscar caminos alternativos.

Acordaron organizar las comunidades para el cuidado y la defensa de la Madre Tierra , buscando la unidad por encima de diferencias políticas, ideológicas  y religiosas. También articular y reorganizar todas las áreas pastorales para llevar a cabo los compromisos de este Congreso.

Señalan que con representantes de cada uno de los equipos pastorales, conformar una instancia diocesana que dé seguimiento a los acuerdos del Congreso y conformar pueblos y comunidades que sean sujetos de su desarrollo y de su historia, capaces de resistir al sistema dominante y de construir alternativas de organización social y eclesial, donde se pueda vivir y disfrutar la autonomía personal y comunitaria.

En el acuerdo se plantean seguir avanzando en la construcción de modelos de Iglesia autóctona, participativa, con equidad de género y compromiso social, que sea signo e instrumento del Reino de Dios.

Exigieron a las autoridades del país y hicieron un llamado al pueblo para que se impida la siembra de maíz  y de cualquier otro cultivo transgénico.

Nos oponemos a los mega – proyectos y a la explotación minera   depredadora. Nos oponemos a las reformas estructurales propuestas por el gobierno que promueven los intereses de las clases dominantes en perjuicio del pueblo. Nos pronunciamos en contra de estos más de veinte años de reformas agrarias de corte  neoliberal, que no nos han tomado en cuenta como pueblos indígenas,  comunidades campesinas y como  nación”, dice el documento.

Durante tres días discutieron y analizaron su problemática cinco pueblos indígenas y mestizos. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

Durante tres días discutieron y analizaron su problemática cinco pueblos indígenas y mestizos. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

En el cierre del evento, el obispo Felipe Arizmendi Esquivel llamó a todos los pueblkos indígenas y mestizos a cerrar filas contra la embestida que se viene sobre ellos y oponerse a todos aquellos proyectos que no sean consultados antes con ellos. “Se debe respetar sus territorios y sus comunidades”, les dijo.

Los cinco pueblos indígenas celebran este sábado 25, con una procesión y una misa, los tres años del aniversario luctuoso del obispo Samuel Ruiz García. jTatik estuvo 40 años caminando entre las comunidades que ahora están conectados por 57 parroquias.

 

COMUNICADO FINAL ÍNTEGRO

DEL CONGRESO PASTORAL DIOCESANO DE LA MADRE TIERRA

22-25 DE ENERO DE 2014

 

Nosotras y nosotros, hombres y mujeres, convocados por el Espíritu que “renueva la faz de la tierra”, hemos celebrado este primer Congreso de la Madre Tierra los días 22, 23 y 24 de enero del año 2014, con una participación de: obispos locales, obispos de otros países, asesores; mujeres y hombres que compartimos la palabra y más de 900 personas representantes de los distintos pueblos e invitados de distintas iglesias y organizaciones. Nos hemos encontrado, para conmemorar los 40 años del Congreso Indígena de 1974 y los tres años de la Pascua gloriosa del J’Tatic Samuel, que condujo los destinos de esta diócesis durante 40 años (1960-2000).

 

Al hacer memoria de los acontecimientos más significativos de la Historia de nuestro pueblo desde el Congreso Indígena hasta la actualidad, sentimos que “nuestro corazón se calentaba”, como les sucedió a los discípulos de Emaús mientras el “compañero peregrino” les hacia un recuento de las Escrituras relacionadas con la historia y la liberación del pueblo de Israel.

 

Pero cuando compartimos el Pan de la Palabra, “de repente se abrieron nuestros ojos” y pudimos comprender y analizar la realidad desde el corazón de nuestros pueblos que reconocen la presencia de Dios en todo lo creado.

 

Nos dimos cuenta que el sistema capitalista neoliberal, patriarcal, represor y dominante, no es todopoderoso; todopoderoso sólo es Dios. Descubrimos que nuestra fuerza principal está en la “armadura de la fe” que nos dice San Pablo en la Carta a los Efesios: la Palabra de Dios, la ética y la espiritualidad.

 

Ante el poderío de las transnacionales y de los gobiernos cómplices y aliados de las mismas, que buscan acaparar las tierras y los bienes naturales del aire, del suelo y del subsuelo, que Dios nos regaló, es necesario que tengamos el valor de plantarnos ante ellos y decirles: “¡detente, hermano, porque esta tierra es de Dios!”.

 

Esto nos llevó a profundizar en el compromiso de la hora presente: analizar los signos de los tiempos, cuidar y defender a la Madre Tierra, denunciar las estructuras de injusticia y de pecado que “matan a nuestro pueblo” (Papa Francisco), y construir modelos alternativos de economía y organización social que vayan conformando otro mundo posible y necesario y que sean signos del Reino que Jesús nos anunció.

 

Igual que los discípulos de Emaús, después del encuentro con Jesús, recobraron la esperanza y regresaron apresuradamente a Jerusalén a confirmar en la fe a sus hermanos, así también nosotros ahora regresamos a nuestras comunidades, para reanimarlas a que, todas y todos juntos, nos comprometamos a la gran tarea que tenemos que realizar:

 

  • Concientizarnos y concientizar a las familias y comunidades sobre las realidades que estamos viviendo.
  • Promover una formación integral que nos dé elementos para desenmascarar los engaños del sistema opresor y buscar caminos alternativos.
  • Organizar las comunidades para el cuidado y la defensa de la Madre Tierra , buscando la unidad por encima de diferencias políticas, ideológicas  y religiosas.
  • Articular y reorganizar todas las áreas pastorales para llevar a cabo los compromisos de este Congreso.
  • Con representantes de cada uno de los equipos conformar una instancia diocesana que de seguimiento a los acuerdos del Congreso.
  • Conformar pueblos y comunidades que sean sujetos de su desarrollo y de su historia, capaces de resistir al sistema dominante y de construir alternativas de organización social y eclesial, donde se pueda vivir y disfrutar la autonomía personal y comunitaria.
  • Seguir avanzando en la construcción de modelos de Iglesia autóctona, participativa, con equidad de género y compromiso social, que sea signo e instrumento del Reino de Dios.
  • Exigimos a las autoridades del país y hacemos un llamado al pueblo para que se impida la siembra de maíz  y de cualquier otro cultivo transgénico.
  • Nos oponemos a los mega – proyectos y a la explotación minera   depredadora.
  • Nos oponemos a las reformas estructurales propuestas por el gobierno que promueven los intereses de las clases dominantes en perjuicio del pueblo.
  • Nos pronunciamos en contra de estos más de veinte años de reformas agrarias de corte  neoliberal, que no nos han tomado en cuenta como pueblos indígenas,  comunidades campesinas y como  nación.

 

Con la certeza y convicción de que otro mundo es posible, convocamos a las Iglesias hermanas, organizaciones sociales  y a la sociedad en general a unirnos todos y todas a colaborar y trabajar juntos para que este sueño se convierta en una realidad.

 

Que este Congreso nos impulse a vivir una etapa nueva en el compromiso pastoral de nuestra diócesis en conjunto con todas las personas de buena voluntad, haciendo nuestro el mensaje del Apocalipsis de Juan que nos invita a superar un pasado de opresión, desolación y muerte y a comprometernos en la construcción de “los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva”, donde reine la paz, el amor, la felicidad, la armonía y el equilibrio entre los seres humanos y con la Madre Tierra.

 

 

San Cristóbal de las Casas, Chiapas. 24 de enero de 2014

_____________________________                   _____________________________

Mons. Felipe Arizmendi Esquivel                               Mons. Enrique Díaz Díaz

Obispo de la Diócesis                                                Obispo Auxiliar

de San Cristóbal de las Casas

 

 

 

 

 

______________________________                  ______________________________

Pbro. Luis Manuel Pérez Alfaro                      Ma. Elena Carrizales Arredondo. MISED

Vicario de Pastoral                                                         Canciller

 

 

 

One Response to “Cierran filas pueblos indígenas tras concluir Congresode la Madre Tierra en San Cristóbal de Las Casas”

  1. José Contreras Hernández
    25 enero, 2014 at 16:26 #

    Felicitaciones a todos los organizadores de este magno evento.
    Felicitaciones a los participanetes (Hermanos indígenas, meztisos y acompañantes)
    Estoy my de acuerdo con el comunicado final. Pero tengo mis reservas en cuanto a si seremos capaces de pagar el precio que ello implica. Un ejemplo muy sencillo pero revelador:
    .¿Ya no utilizaremos qímicos para nuestras siembras?
    . ¿Ya no compraremos refrescos y agua embotellada?
    . ¿Dejaremos el trago que tanto mal hace a las comunidades?
    . No será mejor producir nuestro propio trago (como antes) y reglamentarlo?
    ONALÁ DEMOS SEGUIMIENTO A LO QUE NOS HEMOS COMPROMETIDO.

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